El PSOE de Las Palmas de Gran Canaria, en el 40 aniversario de la Constitución, expresa una vez más su compromiso con los valores y principios constitucionales.

La Constitución significa impulso político, económico y social para nuestro país, y los socialistas nos sentimos orgullosos de ella, de nuestra participación en su elaboración y defensa, y de nuestra decisiva aportación a su aplicación y desarrollo.

La Constitución de 1978 recoge un pacto de convivencia de una sociedad plural, formada por personas con visiones e intereses diferentes y contradictorios, que respeta los derechos de los ciudadanos y sirve para dar cabida a distintas formas de entender realidades.

Estos 40 años han constituido el mayor periodo democrático y de bienestar de toda nuestra historia contemporánea. Gracias a la Constitución de 1978 ha sido posible la garantía de los derechos y libertades, los fundamentos del Estado social, la división de poderes, el desarrollo de una profunda descentralización política a partir del reconocimiento de la diversidad de nuestro país y, como consecuencia de todo ello, la convivencia social y el incremento del bienestar de los españoles y españolas.

La España de 2018 no es ya la de 1978. La de hoy es una España en la que la mitad de la población no participó en la aprobación de la Constitución, y reclama ahora su espacio. De ahí la necesidad de abordar la reforma constitucional para proteger y garantizar suficientemente el Estado del bienestar, en especial los derechos básicos de las personas; para fortalecer y ampliar los derechos fundamentales conforme a la evolución de los nuevos tiempos y revitalizar nuestro Estado de Derecho; para modernizar y mejorar la calidad democrática y de nuestras instituciones; para mejorar la estructura y el funcionamiento de nuestro modelo territorial en un sentido federal, fortaleciendo simultáneamente la unidad del Estado, el autogobierno de las Comunidades y el respeto e integración democrática de la diversidad de la España plural, y para adecuar y reforzar nuestra articulación con la Unión Europea.

Todo ello, debe darse con un espíritu de concordia y de consenso, con el que fue posible elaborar hace 40 años la Constitución de 1978.